domingo, 6 de septiembre de 2015

CULTIVO DE ZAPALLO


Generalidades del zapallo


El zapallo es una hortaliza que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, familia a la cual pertenece también el melón y el zucchini. Son plantas rastreras que pueden llegar a alcanzar hasta 10 m de longitud y se caracterizan por la presencia de hojas grandes, sedosas con flores  amarillas. Los frutos varían de tamaño, dependiendo de la variedad, y van del color verde al amarillo intenso, son muy fáciles de reconocer y en su interior poseen una cavidad donde se encuentran muchas semillas ovaladas aplanadas. Puede sembrarse en semillero y bajo invernadero si se quiere adelantar el cultivo.

El zapallo es una hortaliza muy digestiva y nutritiva que se utiliza en la cocina tradicional y en la moderna, por ejemplo en sopas,  postres, en puré o en compotas infantiles. De igual forma, la semilla del zapallo se puede ingerir fresca o seca, también se prepara aceite, que sirve como aromatizante y saborizante en la cocina. Es un alimento  recomendado para personas de todas las edades.

El cultivo de zapallo es una opción interesante para la diversificación agrícola, por la gran cantidad de aplicaciones culinarias en la dieta familiar y las posibilidades de su uso para la fabricación de productos alimenticios por su aporte nutricional.
Se encuentra dentro de los cultivos de hortalizas de estación cálida, este grupo se adapta a temperaturas que van entre los 18 y 37°C, temperaturas muy comunes en nuestro país, especialmente en la provincia de Los Ríos. El tiempo estimado para cosechar está entre 90 – 120 días, por esta razón se la denomina “hortaliza de ciclo corto”.

En cuanto a las temperaturas óptimas para el desarrollo del cultivo es de 25 a 30 °C. Respecto a las características del suelo, no es muy exigente, pero resulta conveniente que sea profundo, bien aireado y adecuadamente drenado, los encharcamientos pueden producir podredumbres de frutos. En el momento óptimo de la cosecha los frutos alcanzan su completa madurez (seis semanas luego de la floración). La misma puede ser realizada desde mediana madurez (tres semanas luego de la floración); pero las cosechas prematuras ocasionan calidad inferior.

Debido a su rusticidad, tanto durante la fase de cultivo como de manipuleo después de la cosecha, este cultivo es recomendado para zonas  alejadas de los principales mercados y para los productores con menor experiencia en horticultura.

VARIEDADES CULTIVADAS EN EL ECUADOR

En el Ecuador se cultivan aproximadamente 25 variedades de zapallos, en los que se puede apreciar la gran cantidad de tamaños, colores y formas que esta hortaliza ofrece como se muestra en la figura 1.1; las más grandes llegan a pesar entre 18 a 36 kg.
Variedades de zapallos más comunes en Ecuador

Características botánicas


La calabaza o el zapallo (Cucúrbita máxima) es una planta herbácea anual cultivada por su fruto, flor y semilla.
Es una planta anual, herbácea, vivaz, de tallos flexibles y trepadores. Tiene hojas cordiformes, penta lobuladas, de gran tamaño y nervaduras bien marcadas; presenta abundante pilosidad en hojas y tallo. Las flores son amarillas, de pétalos carnosos, monoicas. El fruto es un tipo de baya llamada pepónide; presenta gran variación (polimorfismo); puede ser esférico, de color verde intenso. La pulpa es de color amarillo-anaranjado, densa, de textura firme y de sabor dulce.
El zapallo contiene en su interior numerosas semillas ovales, convexas, lisas, de 2 a 3 cm de largo, las cuales a su vez contienen una pulpa blanca y comestible; con las cuales se elaboran las tradicionales pepitas.

Características de los cultivos

Temperatura

Es una planta exigente en calor y tolera más las temperaturas bajas positivas es decir climas cálidos, sensibles al frío y a las heladas.
Las semillas comienzan a germinar a temperaturas de 10-13a  C y encuentran su óptimo o germinan mejor con temperaturas comprendidas entre 21-32° C.
En caso de prolongarse mucho una temporada seca y calurosa, las condiciones para una buena  polinización  y  fecundación  se  ven  muy  afectadas  y  los  frutos  que  pueden formarse  resultan  con  variadas  deformaciones.  Cuando  la  temperatura  nocturna  es inferior a 122  C el polen no madura y no se forman frutos.
Se desarrolla mejor con humedad relativa del aire baja, pues cuando es alta se favorecen las  condiciones  para  el  ataque  de  mildiu  y  de  antracnosis,  lo  que  se  traduce  en disminución de las cualidades organolépticas del fruto. Es recomendable una humedad relativa de 50-60%. En lo concerniente a la humedad del suelo, se ha determinado que el cultivo responde mejor a alrededor de 70% de capacidad de campo.

Suelos recomendables

Los suelos más recomendables son los fértiles, profundos, con subsuelo permeable, de buena  estructura,  aluviales,  arcillo  arenosos.  Los  suelos  de  textura  pesada,  de  mal drenaje no son convenientes, pues hay poca aireación y se tiende a acumular agua, lo que podría provocar la muerte  de la planta o afectar los rendimientos. Tampoco son convenientes los de textura muy suelta como los arenosos, ya que no retienen casi la humedad y no mantienen un balance de humedad adecuada.  De estructura suelta y granular con alto contenido de materia orgánica. El suelo no debe tener capas duras o compactas. De tierra caliente es decir bien expuesta al sol.

Es importante tener terrenos nivelados ya que el zapallo se cultiva en temporada seca, los terrenos nivelados permiten una buena distribución de agua de riego.
El pH más adecuado debe ser de ligeramente ácido hasta neutro. El zapallo es bastante tolerante a la sequía pues el sistema radical puede llegar hasta 1,5 m de profundidad.

Siembra

Se puede sembrar durante todo el año en zonas tropicales a condición de que haya agua disponible.  El   éxito  de  esta  operación  depende  del  conocimiento  de factores relacionados con la semilla, la época, los métodos y la profundidad de la siembra.factores relacionados con la semilla, la época, los métodos y la profundidad de la siembra.

Semillas

Las mejores  semillas  son  aquellas  que  están  certificadas.  Las  semillas  certificadas aseguran al productor que éstas pertenecen a la variedad recomendada. Si no es posible conseguir la semilla  certificada, el productor tendrá que escoger las semillas que se adapten  mejor  a  las  condiciones  específicas  de  la  región,  tomando  en  cuenta  los siguientes aspectos:

La semilla debe estar libre de plagas, de enfermedades, de otras clases de semillas y de impurezas.
La semilla debe ser de cosecha reciente o de edad no mayor de tres años.
Si las semillas no han sido tratadas con fungicidas, se deberán desinfectar con sustancias  mercuriales  orgánicas,  como  Semesan,  Spergon  o  Arasan,  para prevenir enfermedades  como la antracnosis, ahogamiento o pudrición de las raíces.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Parsons, David B; Curcubitáceas; Editorial Trillas; Edición tercera; México;
2007.
INIAP (Instituto Nacional De Investigaciones Agropecuarias); Banco de Germoplasma; Departamento de Citogenética.

 




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