domingo, 23 de agosto de 2015

Haba (Vicia faba L.)



Origen e importancia
Es originaria del Oriente Próximo, extendiéndose pronto por toda la cuenca mediterránea, casi desde el mismo comienzo de la agricultura.
Los romanos fueron los que seleccionaron el tipo de haba de grano grande y aplanado que es el que actualmente se emplea para consumo en verde, extendiéndose a través de la Ruta de la Seda hasta China, e introducido en América, tras el descubrimiento del Nuevo Mundo. Es la leguminosa más antigua que se conoce en el mundo.
Se ha convertido desde hace mucho tiempo en cultivo tradicional de las comunidades indígenas y campesinas de la sierra ecuatoriana, desde el Carchi hasta Loja.
Puede emplearse en la alimentación de diferentes formas, o como materia prima para la industria transformadora, tanto para enlatado como para congelado. 

Características botánicas

Raíz
Pivotante y adquiere generalmente gran desarrollo. La raíz principal es vigorosa, profunda y lignificada. Las raíces secundarias son más desarrolladas y por característica general en estas forman nódulos donde se alojan las bacterias nitrificantes. 

Tallo
Planta anual de porte recto. Posee varios tallos que salen del cuello de la planta y son de forma cuadrangular, de largo promedio de 1,50 m, huecos, con entrenudos y sin vellosidades, tiene color que va del verde al verde rojizo y negro cuando está seco, el número de tallos depende de la variedad. 

Hoja
Alternas, compuestas, ovaladas, de color verde y desprovistas de zarcillos, están compuestas de tres pares de foliolos, con tendencia algo carnosa. Las dos caras son lisas.

Flores
Axilares, agrupadas en racimos cortos de 2 a 8 flores, de color blanca, cremosas o azuladas tienen manchas negras o pardas en las 2 alas.

Fruto
Legumbre de longitud variable, pudiendo alcanzar hasta más de 35 cm. El número de granos oscila entre 2 y 9, aplanadas. El color de la semilla es verde amarillento, aunque las hay de otras coloraciones más oscuras, de textura aterciopelada, las paredes de la vaina están compuestas de tejido esponjoso que mantiene la humedad, con el proceso de maduración las vainas van tomando una coloración negra. Fruto dehiscente.


Fig 2. Planta de haba
Semilla
Las semillas del cultivo de haba, se encuentran dentro de la vaina, las mismas que tienen forma tamaño y color diferente, dependiendo de la variedad. 

Requerimientos de clima y suelo

Temperatura
El cultivo de la haba, se desarrolla sin inconvenientes en sectores de clima templado, hasta el frío seco o frío húmedo, con temperaturas de 5 a 16 ºC. 

Precipitación
Para una buena producción de habas, se requiere una humedad que fluctúe entre los 800 a 1 500 mm, distribuidas a través del ciclo vegetativo.  

Luminosidad
Como todo grano, el haba requiere de una buena luminosidad, 12 horas de duración del día es óptimo.

Suelos
Prefiere suelos arcillosos, ricos en humus, profundos y frescos, con buena retención de agua. Es relativamente tolerante a la salinidad. Son muy sensibles a la falta de agua, especialmente desde la floración hasta el llenado de las vainas. Su pH óptimo está situado entre 6,5 a 7,5. 

Altitud
En el Ecuador se cultiva en suelos que se ubican entre los 2 000 a 3 600 msnm. 

Labores preculturales y culturales
Elección y preparación del suelo
Elección del terreno
Se recomienda que los terrenos sean sometidos a procesos de rotación, es decir, donde se maneje una sucesión de diversos cultivos, con el propósito de mantener un suelo sano, con un buen nivel de fertilidad, absorción de humedad y sin problemas de plagas (insectos, ácaros, nematodos y patógenos).

Preparación del suelo
La rusticidad de la planta, no exige mucho esmero en la preparación del suelo; esta actividad depende de la altitud, de la pendiente y del estado que se encuentra el lote destinado a la siembra. 

Drenaje
La construcción de zanjas de drenaje, es importante para poder evacuar los excesos de agua que suelen precipitarse en determinados momentos del cultivo. Las zanjas se implementan siguiendo la curva de nivel del terreno.

Elaboración de surcos
Los surcos para el cultivo del  haba, se deben hacer distanciados a 50 centímetros uno del otro, siguiendo la curva de nivel del terreno para facilitar que el agua humedezca bien el sistema de raíces y así mismo se produzca un buen escurrimiento del campo. 

Desinfección del suelo
La desinfección del suelo tiene por objeto eliminar algunos patógenos que pueden causar afectaciones en las plantas, especialmente en las raíces en los primeros estados del cultivo. Para este fin se recomienda espolvorear  los surcos antes de la siembra con ceniza vegetal a razón de media onza por metro lineal. 

Preparación de la semilla para la siembra
Previo a la siembra, la semilla se debe remojar en agua limpia durante 12 horas para asegurar una buena germinación. Con el propósito de ayudar a que las plántulas broten sanas y robustas se recomienda sumergir a la semillas en una solución de biol al 12 % (120 cc por litro de agua) durante media hora para luego proceder a sembrar. 

Distancias y densidades de siembra
Cuando el haba se siembra en monocultivo, las distancias de siembra son: entre surcos: 50 a 60 centímetros y entre matas o sitios: 30 a 45 centímetros, depositando 2 a 3 semillas por sitio, para tener una densidad poblacional de 66 600 plantas/ha a 36 800 plantas/ha.
Cuando el haba se siembra en asocio o intercalada con otros cultivos, la población de plantas por hectárea, disminuye a la mitad de las señaladas anteriormente (33 300 plantas/ha a 18 400 plantas/ha; a esta densidad se suman las plantas de las otras especies que se siembren asociadamente.  

Abonado de fondo
Si el suelo donde se va a sembrar es muy pobre, se puede aplicar 1.7 toneladas de compost o humus de lombriz, mezclado con 1 tonelada de roca fosfórica por hectárea. La aplicación se realizará a razón de 1.5 onzas de esta mezcla por sitio. 

Siembra y tape
Se realizará a partir del tercer día de luna creciente, hasta el tercer día de luna llena, a fin de posibilitar una mejor germinación y emergencia de la semilla.
Sea cual fuere el sistema de siembra, como las distancias y densidades de siembra  elegidas, la siembra se realiza abriendo un hoyo con el espeque o con el azadón, donde se depositan de 2 a 3 semillas por sitio, para luego  taparlas con tierra  con el pie o con el azadón. Las semillas deben quedar enterradas a no más 5 centímetros de profundidad.  

Deshierbas y Aporques
Durante el ciclo del cultivo se deben efectuar entre dos a tres deshierbas. La primera deshierba se realiza cuando la planta tiene de 10 a 15 cm de altura y de 4 a 6 hojas; la segunda deshierba a los cuatro meses, cuando la planta tiene alrededor de 25 cm de altura; una tercera deshierba se realizará si es necesario. La segunda o tercera deshierbas pueden servir como labor de aporque.
El aporque se realiza con el fin de proporcionar el sostén necesario a las plantas para que no se afecten por la fuerza de los vientos, controlar malezas y así evitar pérdidas de humedad y airear el suelo. El aporque se hace en forma manual (con azadón) o con yunta (chicta), cuando se lleve a cabo esta labor hay que tener cuidado para no dañar las raíces de las plantas. 

Fertilización complementaria
Con el fin de estimular el mejoramiento de la cosecha, se recomienda la aplicación de aspersiones foliares de BIOL al 2%. (4 litros diluidos en 200 litros de agua ha-1). La primera aplicación se realizará cuando el cultivo tenga 45 días, la segunda al macollaje, la tercera a la floración, la cuarta a la formación de vainas y la quinta al llenado de granos. Para mejorar la adherencia del producto a las hojas puede utilizarse como fijador 2 litros de leche o suero por cada 200 litros de dilución.   

Riegos
El cultivo requiere una lámina de agua de 800 a 1000 mm (8 000 a 10 000 m3), distribuidos a los largo de su ciclo vegetativo. En el Ecuador, el cultivo del haba se realiza con las aguas lluvias y muy poco con riego.

Cosecha
El haba se puede cosechar en estado verde o en seco, el tiempo en el que el grano está listo para la recolección, varía entre seis a doce meses, dependiendo de la variedad, altitud de la zona donde se haya sembrado y la forma en la que se desee cosechar (en verde o en seco). Las características que se toman en cuenta  para su cosecha son: color, tamaño y peso.

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